Típico de varias culturas pre-incas, este acantilado perforado con cientos de pequeños agujeros es en realidad un cementerio: estos nichos funerarios están excavados en el acantilado (de ahí su nombre, "ventanas pequeñas"). Se dice que datan de entre el 200 a.C. y el 1300 d.C.; los huaqueros y ladrones de tumbas hace tiempo que vaciaron todo su contenido.